Descifrando a Beckett
Por Érika P. Bucio

A cien años del nacimiento del Nobel de Literatura irlandés. Buscó expresar lo innombrable, la nada, y dotó de sentido al teatro contemporáneo

"¿Cómo puede ser que un hombre completamente ciego, completamente sordo, se obligue a ver y a escuchar? Es esa paradoja imposible la que me interesa. Lo invisible, lo insoportable, lo inexpresable", afirmaba el escritor irlandés Samuel Beckett sobre su obra.

En el teatro de Beckett, cuyo centenario hoy se celebra, se descubre la condición trágica del ser humano, que empieza con el nacimiento, y el lenguaje es el instrumento de los personajes para negar la realidad.

"Beckett construye un paisaje desolado en medio de las ruinas que se convierte en una visión del hombre frente al absurdo y la nada", considera Jorge Vargas, director de la compañía Teatro Línea de Sombra.

Poeta, dramaturgo, novelista y traductor, Beckett nació el 13 de abril de 1906 en Foxrock, condado de Dublín, y murió en París el 22 de diciembre de 1989.

En 1935 apareció Echo's bones, su primer libro de poesía. Por ese entonces ya era amigo del escritor irlandés James Joyce, a quien, por estar enfermo de la vista, ayudaba marcándole pasajes o leyéndole.

Tras participar en la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, se instaló en París en 1945, donde desarrolló su carrera literaria.

En una visita a Dublín ese año encontró a su madre enferma del mal de Parkinson. Se produjo entonces una revelación en el escritor, entonces de 39 años.

"Mirándola, advertí de pronto que todo lo que había escrito antes estaba mal encaminado (...)

"Todo el esfuerzo hacia el conocimiento, para mí, se había transformado en nada. Era pura paja. Lo que debía hacer era investigar el no-conocimiento, la no-percepción, todo el mundo de lo incompleto".

Beckett comenzó entonces a escribir en francés, una lengua que encontraba "carente de estilo". Fue el periodo más prolífico de su literatura, al que pertenece su trilogía de novelas Molloy, Malone muere y El innombrable.

Antes de negarse a conceder entrevistas, Beckett trazó el terreno que habría de seguir: "Si hay algo nuevo e interesante que ocurre actualmente, es el intento de introducir el Ser en el arte".

En 1949 terminó la pieza teatral que lo catapultó a la fama, Esperando a Godot, donde los vagabundos Didi y Gogo se dedican a esperar a Godot, su salvador, quien nunca llega. Surgida a partir de la imagen de un árbol y un escenario vacío, hacerla fue para Beckett "pura recreación".

La obra se estrenó en París en enero de 1953, bajo la dirección de su amigo Roger Blin, a quien dedicó Final de partida.

En México, Salvador Novo montó Esperando a Godot en junio de 1955 en el teatro La Capilla.

"A los hombres del teatro sensibles se les aparece, en algún momento de su vida, el abismo existencial, la profundidad filosófica de Beckett y la posibilidad de un teatro cada vez más oscuro, que enfrenta al público a una reflexión y a una experiencia teatral límite", afirma el director de escena Juan José Gurrola.

Después, en 1960, Alejandro Jodorowsky montó en el Teatro Orientación Acto sin palabras.

"Beckett es el representante más ejemplar del teatro del absurdo. En contraste con Ionesco, que era creyente, Beckett se la pasa 'esperando a Godot'. Es un Job ante Dios", opina el escritor Ignacio Solares.

En las obras de Beckett habitan seres encerrados en recipientes o botes de basura y la acción radica en el lenguaje, que oscila entre el silencio y el delirio verbal.

Las palabras dejan de tener sentido y el lenguaje empieza a parecer materia, apunta Vargas.

"El lenguaje de Beckett es despedazar el lenguaje, las ideas, el tiempo vivido, los pensamientos, las ambiciones; es el hoyo negro del teatro", añade Gurrola, quien adaptó para la televisión mexicana Trío fantasma, No yo y La última cinta de Krapp (que publicará este año Pleroma Ediciones).

En opinión de Pablo Sigg, autor de Guía crítica de la poesía de Samuel Beckett (1929-1989), sus poemas mantienen estrecha relación con el resto de su obra, pero han quedado sepultados "bajo el peso de la figura del narrador y autor dramático".

"Beckett es el último eslabón de la literatura clásica moderna, cierra el ciclo de Flaubert, Dostoievski, Kafka y Joyce", sostiene Gerardo Villegas, editor y realizador de Samuel Beckett. Centenario.

Su novela Cómo es, traducida al español por José Emilio Pacheco, significó para la crítica "la culminación de la obra beckettiana".

"Es un autor que utilizaba el teatro y la novela para escribir poesía", afirma Mauricio Molina, autor de La ballerina y el clochard, pieza teatral basada en el romance de Beckett con Lucía Joyce, hija del autor del Ulises, enferma de esquizofrenia.

En 1969 obtuvo el Nobel de Literatura por una obra que convirtió "la miseria de la humanidad en su exaltación".

Más de una década antes, en 1956, Beckett ya lo había expresado: "Al final de mi obra, no hay más que polvo... lo innombrable".

Para celebrar

En la Ciudad de México, distintos proyectos celebran al Nobel irlandés.

  • Samuel Beckett. Centenario. Documental de Gerardo Villegas. Se transmite hoy a las 22:00 horas por TV-UNAM.
  • Beckett o in Godot we trust. Montaje del grupo TheaOME Teatro, basado en "Esperando a Godot". Hasta el 30 de abril en el Centro Nacional de las Artes. Dirige Claudia Romero.
  • Para leer a Samuel Beckett. La revista Casa del Tiempo, de la UAM, dedica su número de abril al escritor. Incluye textos de críticos literarios y especialistas en su obra como Alain Robbe-Grillet, Hugh Kenner y Vivian Mercier.

 

'Cascando'
Samuel Beckett

1

pues no sólo el desesperado por una

ocasión de

derramar palabras

 

es mejor abortar a ser estéril

 

son tan lentas las horas cuando

te has ido

comienzan siempre demasiado

pronto arrastrando

a los luchadores que desgarran

ciegos la cama de deseo

evocando los huesos los antiguos

amores

cuencas un día rellenas de ojos

como los tuyos

siempre es mejor todo demasiado

pronto que nunca

el negro deseo salpicando sus caras

decir otra vez nueve días no flotó

lo amado

ni nueve meses

ni nueve vidas

 

2

 

decir otra vez

si no me enseñas no he de aprender

decir otra vez hay una última

aún de las últimas veces

últimas veces de rogar

últimas veces de amar

de saber no saber pretender

una última aún de las últimas veces

de decir

si no me amas no seré amado

si no te amo no he de amar

 

el latir de las palabras rancias otra vez

en el corazón

amor amor amor golpe sordo

del viejo émbolo

triturando el inalterable

suero de palabras

 

otra vez el miedo

de no amar

de amar y no a ti

de ser amado y no por ti

de saber no saber simular

simular

 

yo y los demás que han de amarte

si te aman

Poema inédito en español traducido por Pablo Sigg. Incluido en "Samuel Beckett. Poesía completa (1929-1989)", obra aún sin publicar.

SAMUEL BECKETT
CENTENARIO

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